Cada persona tiene su propio contexto, vida, personalidad, genética, cultura, etc.
Lo que no puede ser es que acabemos discutiendo entre los propios autistas y los propios familiares con personas autistas cercanas sobre quien lo pasa peor.
Parecemos los típicos abueletes que se ponen a competir por quien tiene más operaciones, lesiones y amigos muertos.
Entre los hijos autistas más «severos», hay piques entre quien de sus hijos es el qué tienen más dolencias para así confirmar que su situación es real y mucho peor que la de otros. Y puede serlo, pero no es una competición.
Hacer sentir mal a unos padres porque su hijo «qué también es severo», hace un poco más de cosas que el hijo de otros padres que «está peor», es terrible. No es menos autista ni uno ni otro.
Tampoco es menos autista quien no es «severo» como el hijo autista de quien sea.
Y os contaré un secreto:
Los «severos» y los súper inteligentes a los Sheldon Cooper, están en los extremos de la campana de Gauss. Lo común dentro del autismo son personas con una capacidad intelectual dentro de la media y con co-ocurrencias «poco agravantes».
Tenéis un ejemplo gráfico sacado de @danielmillanlopez.
Entre medio, hay una cantidad de personas autistas que no destacan tanto por sus «habilidades prodigiosas» ni sus «dificultades notorias». Pero tenemos tendencia a fijarnos solo en los extremos.
Aunque tengamos una vida distinta con necesidades a veces distintas, todos luchamos por lo mismo. Cuando se piden más ayudas, se pide en general no sólo para un grupo selecto de autistas. Los malvados autistas adultos que hablamos en redes, pensamos en todos. Incluimos niños, otros autistas adultos, etc.
PD. Yo no formo parte del extremo derecho. No estoy en el centro de la campana de Gauss, estoy en el bajante derecho tirando hacia donde la foto de @AidaTrazos. Pero no soy sheldon, ni Elon, etc. Y ese es mi caso, cada persona es distinta.
